Alejandro Campos
En mi vida, el yoga representa una transformación radical: descubrir el cuerpo-
mente. Comencé a compartir el yoga como maestro cuando mis amigos observaron dicha
transformación y decidieron acompañarme en la exploración. Desde entonces, busco
enseñar yoga a gente con curiosidad por descubrir nuevos movimientos vitales.
Expandí mi enseñanza más allá de círculos cercanos impulsado por la generosidad
de Andrea Borbolla y Amado Cavazos, quienes me apoyaron y fueron mi guía durante la
formación de maestros de 200 horas que llevé a cabo en Mukta en 2017. Desde entonces,
tengo un especial interés por la creatividad en las secuencias, la correcta alineación del
cuerpo y la filosofía del tantra –esto último, gracias a las enseñanzas del Dr. Óscar
Figueroa–, por lo cual enfoco mis clases en un haṭha yoga fluido, creativo y también
pensante. Asimismo, como practicante de danza contemporánea, intento fusionar la
libertad y complejidad del movimiento de la danza con la estructura y simpleza del yoga,
insistiendo en la disolución de las aparentes dualidades mediante la conciencia.
Eché raíz en mi práctica de yoga en 2013 con Twiggy Romero y Bibiana Islas.
Asimismo, con Twiggy aprendí la filosofía y técnica del yoga en pareja (partner yoga), para
posteriormente poder enseñarla y colaborar en su participación del 15º Encuentro
Nacional de Yoga. Como yogi, busco siempre empaparme de la diversidad de técnicas de
movimiento, fluctuando entre el ashtanga, vinyasa, restaurativo, dharma y otros, además
de aprender de técnicas dancísticas como el release, butoh, contact y demás, y de técnicas
de movimiento funcional como FRC y Kinstretch. Actualmente entreno en las compañías
de danza move.vessel y DeaquíDeallá Colaboración Escénica. En el camino, he encontrado
a maravillosos maestros del yoga, con quienes estoy profundamente agradecido:
Fernando Cuauhtli, Juan Pablo Pacheco, Ihuitl Conde, Akenara, Rocío Molina, Carolina
Fernández, entre otros.
Lo que busco detonar en mi clase de yoga es que aprendas a moverte de manera
consciente, encontrando los espacios vacíos que permiten liberar la creatividad de tu
cuerpo. Si compartes el espacio-tiempo conmigo encontrarás un hogar que, al mismo
tiempo, es desconocido; un ambiente creativo y, al mismo tiempo, riguroso; fluido y, a la
vez, estático; gentil, pero exigente; trascendente en la inmanencia; flotante a través del
cuerpo. Se trata de que juntos encontremos el instante donde los polos se disipan.