ANDREA BORBOLLA

Desde pequeña me gustaba la danza, dediqué gran parte de mi niñez a las clases de ballet, danza contemporánea y gimnasia.
Cuando el Yoga llegó a mi vida, yo era una practicante avanzada de asanas, podía hacer muchas cosas “físicamente” y tenía virtud con el cuerpo, así que, mis primeros años de práctica fueron muy intensos. Después de 7 años me lesioné muy fuerte la espalda, no solo por el trabajo incorrecto en las posturas, si no por el equipo pesado que cargaba en la escuela de Cine, mi carrera anterior, tuve que someterme a una cirugía mayor en la cual me fusionaron dos vértebras lumbares y, a partir de ese momento, mi vida y mi práctica cambiaron para siempre. No sólo en la manera en la que estaba ejecutando las asanas si no también en mi vida, tuve que re-aprender, entender con mucho mayor conciencia e inteligencia cómo mover mi cuerpo de una manera segura. Protegerme. La enseñanza real estaba comenzando en ese momento.
Soy Andrea Borbolla, practico, y enseño Yoga desde hace 17 años.
Encontré una fusión perfecta para mí, en donde la prioridad era cuidar la columna vertebral , y a la vez seguir sintiendo el poder de la energía en movimiento y el calor que produce el Vinyasa. Así que llamé a mis clases “Vinyasa Restaurativo”, una combinación desafiante, pero al la vez compasiva y amorosa con el cuerpo.
Me forme con varios maestros importantes como Orit Sen Gupta, Brigitte Longeville, David Mac Ammond, y mi maestro principal Sunil Kumar a quien conocí en India y con en cual acumule 500 horas avaladas por el Educational Indian Yoga Institute.
En mis clases ofrezco un ritmo en la práctica que es muy accesible para los distintos tipos de cuerpo, los avanzados pueden llegar a su máximo nivel y explorar las posturas profundamente y también la gente que tiene algunas limitantes como lesiones leves o falta de flexibilidad y fuerza, pueden ir avanzando a su ritmo de una manera segura y disfrutable.
Me interesa llevar a los alumnos a un estado de atención plena durante el movimiento, poniendo énfasis a la respiración, reconociendo en esta la capacidad para transformar el cuerpo y la vida de una persona, a niveles muy profundos, si es que se práctica con disciplina y constancia.